El "síndrome de la chica buena" asumo la responsabilidad y me adapto a que me traten mal ¿Cómo salir?

¿Qué nos pasa cuando vivimos y elegimos según los demás? ¿Cómo podemos romper la espiral de aprobación y finalmente ser libres?

18 DIC 2020 · Lectura: min.
El "síndrome de la chica buena" asumo la responsabilidad y me adapto a que me traten mal ¿Cómo salir?

Ocurre cada vez con más frecuencia en el camino de transformación de relaciones, tener que tratar con personas (generalmente mujeres, pero no necesariamente) que viven lo que lleva el nombre de "síndrome de la niña buena".

Características de quienes experimentan el "síndrome de la niña buena"

Son aquellas personas que actúan tratando de adaptarse mejor a las peticiones externas (sobre todo si son familiares), tienden a eclipsar sus propios deseos, dando más valor a las necesidades de los demás. Este último comportamiento es muy importante porque es lo que cuesta la etiqueta de "egoísta e indiferencia" si no se actúa.

Pienso, por ejemplo, en una mujer que trabajaba en una tienda a nivel familiar y que, a pesar de ser maltratada por su cuñado y su hermana, seguía sin reaccionar y además asumía sus responsabilidades. Las emociones de quienes experimentan el "síndrome de la niña buena" por lo general, cuando estás en esta dinámica, prevalecen dos emociones.

Ansiedad: emoción que surge cuando la otra persona parece crítica, "malhumorada" o distante. La ansiedad a menudo viene con preguntas como "¿qué hice mal?" La respuesta que sigue es a menudo autoculpable: "tal vez no he tenido suficiente tiempo con ella / ellos"; "tal vez no le di importancia a ...". La ansiedad también está ligada a la frustración, a menudo inconsciente, de actuar en función de otros y no de uno mismo. No es raro que los ataques de pánico sean el resultado de esto.

Sentimiento de culpa: un gran clásico que entra en juego cuando te "atreves" a darte más espacio. Me acuerdo de una chica que trabajaba en el extranjero, no tenía forma de regresar a México en Navidad por problemas laborales. De sus familiares está recibiendo mensajes de desaprobación por su comportamiento considerado poco interesante hacia sus padres. Si la niña por un lado tiene claras razones, necesidades y emociones que guían sus elecciones, por otro lado no puede evitar escuchar la voz interior que dice: "egoísta e indiferente". Sin embargo, es evidente que esa vocecita no transmite el mensaje de una necesidad real tanto como el mensaje de un juicio firme.

Las elecciones de quienes experimentan el "síndrome de la niña buena"

Lo que sucede a menudo es que la persona que actúa sobre esta dinámica se encuentra tomando decisiones más condicionadas por la forma en que los demás la ven en lugar de por sus propias inclinaciones. Generalmente se trata de personas que han aprendido 3 cosas en su historia de vida.

No expresa desacuerdo, mucho menos enojo. Desobedecer a la familia de origen estaba prohibido o la disidencia se veía como una debilidad o un problema o se ridiculizaba. Se cree que lo que dicen los demás es más cierto que lo que proviene de los propios sentimientos.

"Me dicen que estoy soltero porque tengo mal genio pero tienen razón". "Me dicen que mi madre no me importa un comino por mi trabajo; pero tal vez sea cierto y no me doy cuenta". Es como si los demás fueran considerados "jueces" más imparciales y, por tanto, más fiables.

Cuando alguien se enoja o se distancia, actuamos de tal manera que lo haga cambiar de opinión acerca de nosotros ; a veces incluso de manera impetuosa. "No es justo que pienses que soy una persona descuidada, no entiendes que siempre he hecho todo por mi madre". Una oración como esta parece estar ligada a la autoafirmación, en realidad siempre está en la lógica disfuncional porque tiene el propósito de convencer al otro de que uno es buena persona; la idea de que alguien pueda pensar mal de nosotros no se considera aceptable.

¿Cómo logras salir de esta dinámica?

Normalmente en mis trayectorias las dinámicas se desbloquean en unas 12 sesiones individuales o grupales.

El primer paso es "desmontar la dinámica" para que las personas se den cuenta de su papel en impulsarla. A menudo, estas personas se sienten víctimas de otros o se culpan a sí mismas. La clave es reconocer cómo alimento la dinámica. Aquí salimos de la situación de impotencia y entramos en la lógica del cambio de estrategia.

El segundo paso es comprender sus necesidades sin el filtro del juicio. Fácil de decir, pero es la fase más difícil porque las dos partes del yo entran en juego automáticamente: la que quiere afirmarse y la "voz juzgadora". Es fácil desanimarse en esta etapa y pensar que tal vez adaptarse sea menos agotador. Es una elección que difícilmente trae bienestar.

Tercer paso: aprender a expresar de manera eficaz y constructiva. Aquí también es necesario un trabajo intenso por parte de la persona y el facilitador porque se trata de romper viejos hábitos y crear nuevos a través de una comunicación completamente diferente.

Cuarto paso: etapa más difícil de todas pero necesaria: aceptar que la forma puede no agradar a los demás. Podemos recibir críticas y juicios. Si antes ir siempre al mega almuerzo navideño nos hacía sentir aceptados, ahora si ya no tenemos ninguna intención de ir allí podríamos recibir críticas y juicios. Entonces, si queremos cambiar de trabajo, si nos rebelamos contra el cuñado que nos habla mal en el taller, etc.

Afirmarse a sí mismo y complacer a los demás no necesariamente transita por el mismo camino. La gran ventaja, sin embargo, es que las personas que nos eligen lo hacen porque nos aceptan como somos y no como les gustaría que fuéramos. Y además, finalmente seremos libres.

Si a pesar de tus esfuerzos no logras salir adelante, la guía de un psicólogo te ayudará mucho en este nuevo camino.

Artículo inspirado en guidapsicologi.it por la Dra. Luisa Fossati

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Bibliografía

Biondi, M. (2016) Compendio de Psiquiatría y Salud Mental, Roma, Alpes Italia

Borgioni, M (2017). La deriva contradependiente como deriva de nuestro tiempo. Persona a persona: Revista de estudios rogersianos. Páginas. 73-78.

Borgioni, M. (2015). Dependencia afectiva y contradependencia: de las pasiones temerarias a la indiferencia vacía. Roma: Alpes Italia.

Caruso DR - Salovey P. (2019) Gerente Emocionalmente Inteligente - Milán - UNICOMMUNICACIÓN

Dazzi N. - Lingiardi V. - Gazzillo F. (editado por) (2009) Diagnóstico en psicología clínica - Milán - Raffaello Cortina Editore

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Comentarios 1
  • Sandra gomez

    Es verdad todo lo que dice y más, cuando él que te juzga es la pareja más difícil de salir.

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